La levedad del ser

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miércoles, 29 de abril de 2015

Roberto Bolaño: 7 potentes frases del autor a 62 años de su nacimiento

Roberto Bolaño: 7 potentes frases del autor a 62 años de su nacimiento

El escritor y poeta chileno, popularmente reconocido como uno de los autores latinoamericanos más influyentes del siglo XX, falleció en el 2003, a los cincuenta años de edad, víctima de una insuficiencia hepática.
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Roberto Bolaño: 7 potentes frases del autor a 62 años de su nacimientoEntre sus obras más reconocidas, se destacan ‘Los detectives salvajes’ de 1998, y la póstuma ‘2666’, publicada en 2004. (Foto: Facebook/RobertoBolaño)
1. “Escribir no es normal. Lo normal es leer y lo placentero es leer; incluso lo elegante es leer. Escribir es un ejercicio de masoquismo; leer a veces puede ser un ejercicio de sadismo, pero generalmente es una ocupación interesantísima”. (Sobre sus preferencias literarias en el programa Off The Record)
2. “Me conmueven los lectores a secas, los que aún se atreven a leer el “Diccionario filosófico de Voltaire”, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco. Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza. Un libro es la mejor almohada que existe”. (Entrevista con la edición mexicana de la revista Playboy)
3. “La única novela de la que no me avergüenzo es “Amberes”, tal vez porque sigue siendo ininteligible. Las malas críticas que ha recibido son mis medallas ganadas en combate, no en escaramuzas con fuego simulado. El resto de mi “obra”, pues bueno, no está mal, son novelas entretenidas, el tiempo dirá si algo más. Por ahora me dan dinero, se traducen, me sirven para hacer amigos que son muy generosos y simpáticos, puedo vivir, y bastante bien, de la literatura, así que quejarse sería más bien gratuito y desagradecido. Pero la verdad es que no les concedo mucha importancia a mis libros. Estoy mucho más interesado en los libros de los demás”.
(Entrevista con la edición mexicana de la revista Playboy)
4. “La verdad es que no creo demasiado en la escritura. Empezando por la mía. Ser escritor es agradable… No. Agradable no es la palabra: es una actividad que no carece de momentos muy divertidos, pero conozco otras actividades aún más divertidas, divertidas en el sentido en que para mí es divertida la literatura. Ser atracador de bancos, por ejemplo. O director de cine. O gigoló. O ser niño otra vez y jugar en un equipo de fútbol más o menos apocalíptico. Desafortunadamente el niño crece, al atracador lo matan, el director se queda sin dinero y el gigoló enferma y entonces ya no te queda más alternativa que escribir”.
(Entrevista con la poeta mexicana Carmen Boullosa)
5. “Todos los escritores, incluso los más mediocres, los más falsos, los peores del mundo, han sentido la sombra de ese éxtasis de la creación”.
(Entrevista durante la Feria del Libro de Chile de 1999)
6. “Casi siempre he creído, y aún sigo creyéndolo, que escribir prosa es de un mal gusto bestial. Y lo digo en serio (…) En algún sentido creo que escribir prosa es volver a las labores de mi abuelo analfabeto. Es mucho más difícil la poesía. Las escenografías que te proporciona la poesía son de una pureza y de una desolación muy grande. Cuando juntas pureza y desolación el escenario se agranda automáticamente hasta el infinito y lo lógico es que tú desaparezcas en ese escenario y, sin embargo, no desapareces. Te haces infinitamente pequeño pero no desapareces”. (Entrevista con el diario Primera Línea)
7. “Que tal vez sea una pésima novela. O tal vez no”. (Respuesta a la pregunta ‘¿Qué nos puede adelantar de su próxima novela, 2666?’, durante una entrevista para el diario El Mercurio de Chile, en marzo de 2003)

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viernes, 10 de abril de 2015

No les dejo mi libertad, si no mis alas

No les dejo mi libertad, si no mis alas

Por :GLORIA INES ARIAS DE SANCHEZ


No les dejo a mis hijos cien cosechas de trigo, si no un rincon en la montaña, con tierra negra y fértil, un puñado de semillas y unas manos fuertes labradas en el barro y en el viento.
No les dejo el fuego ya prendido, sino señalado el camino que lleva al bosque y el atajo a la mina de carbón.
No les dejo el agua servida en los cántaros, sino un pozo de ladrillo, una laguna cercana y unas nubes que a veces llueven.
No les dejo el refugio de un domingo en la iglesia, sino el vuelo de mis palomas y el derecho a buscar en el cielo, en los montes y en los ríos abiertos.
No les dejo la luz azulosa de una lampara de metal, sino un sol inmenso y una noche llena de mil luciérnagas.
No les dejo un mapa del mundo (ni siquiera un mapa del pueblo) sino el firmamento habitado por las estrellas y unas palmas verdes que miran a oriente.
No les dejo un fusil con doce balas, sino un corazón amigo, que ademas del beso sabe gritar .
No les dejo lo que pude encontrar, sino la ilusion de lo que siempre quise alcanzar .
No les dejo escritas las protesta, sino escritas las heridas .
No les dejo el amor entre las manos, sino una luna amarilla, que presencie como se hunde la piel en la piel, sobre un campo ,sobre un alma clara .
No les dejo mi libertad sino mis alas.
Y no les dejo mis versos ni mis canciones, sino una voz viva y fuerte que nunca nadie pueda callar. Y que ellos escriban, ellos, sus versos, como los escribe la madrugada cuando se acaba la noche.
......que escriban ellos sus versos, por algo no les dejo mi libertad sino mis alas.
Colaboración de Santiago Orta Fragozo de Colombia.