José Saramago: biografía del escritor que nos habló de la ceguera social
Una de las obras más destacables de José Saramago fue Ensayo sobre la ceguera, un trabajo que nos invita a una profunda reflexión sobre el alma humana y aquello que ante nuestros ojos es ya invisible.
José Saramago fue la voz más notable de las letras lusas. La excelencia de su escritura le permitió alcanzar el Premio Nobel, sin embargo, algo que siempre le caracterizó fue su faceta de hombre comprometido. Así, obras como Ensayo sobre la Ceguera se alzan como un vehículo excepcional para la catarsis y la reflexión filosófica, un legado que nos invita, sencillamente, a “despertar”.
A menudo, se dice de Saramago que fue un agitador de conciencias. Nunca cesó de denunciar injusticias y de posicionarse ante cualquier conflicto de su época. De ahí que en una de sus conferencias, se definiera a sí mismo como ese escritor apasionado, alguien con la necesidad de levantar toda piedra, aún sabiendo que debajo podían esconderse auténticos monstruos.
Esa búsqueda de la verdad y ese empeño por despertar mentes, le permitieron dar forma a un estilo literario único. Hacía uso de parábolas sustentadas con la imaginación, la ironía y la compasión para trazarnos una realidad ante la cual, nadie puede quedarse indiferente.
Tras la muerte de José Saramago, su obra sigue siendo reeditada en diferentes idiomas. Las nuevas generaciones siguen descubriendo su voz y admirando esa personalidad poliédrica, que aspiró incluso a completar la Declaración Universal de Derechos Humanos, con su Carta de Deberes y Obligaciones.
Fue el literato más distinguido que nos ha ofrecido Portugal junto a otros autores como Fernando Pessoa. Fue el autor de una obra provocadora, mágica e inquietante que nos invitó a analizar el presente a través de sus ojos.
“Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en el triunfo personal”.-José Saramago-
Biografía de un erudito de raíces humildes
José de Sousa Saramago nació el 16 de noviembre de 1922 en Golegã, Portugal. Sus padres fueron José de Sousa y María da Piedade, una pareja de raíces humildes que se ganaban la vida con su trabajo en la tierra. Cuando el pequeño José tenía dos años, decidieron emigrar a Lisboa en busca de una mejora económica.
Establecidos en la capital portuguesa disfrutaron de cierta estabilidad. Su padre empezó a trabajar como policía y él tuvo la oportunidad de cursar estudios básicos. Entró en una escuela industrial durante unos años hasta que sus padres ya no se pudieron permitir pagarle una formación más avanzada.
De ese modo, no tuvo más opción que empezar a trabajar en una herrería mecánica. Ahora bien, más allá de esa actividad profesional con la que ganarse la vida, José Saramago llevaba otra vida: la de erudito. No dejó de leer, de aprender por su cuenta y sobre todo de escribir. Así, con 25 años publica Terra do Pecado (Tierra del Pecado). En ese año, 1947, nace también su hija, Violante, fruto de su primer matrimonio.
La maduración de un escritor y periodista comprometido
A partir de 1955 José Saramago empieza a traducir al portugués las obras de Hegel y Tolstoi. Al mismo tiempo, se esfuerza por dar una adecuada madurez a su estilo, para tener alguna oportunidad de alcanzar el éxito con sus escritos. Ahora bien, a pesar de su talento, ningún editor se atreve a sacar al mercado sus trabajos.
Tras el rechazo de su obra Clarabóia (Claraboya) José Saramago tardó varios años en intentarlo de nuevo. De hecho, no fue hasta 1966 cuando lo volvió a intentar con Provavelmente alegria y más tarde con El año de 1993. Ambas lograron el reconocimiento de las editoriales, de modo que empezó a colaborar con la editora portuguesa Estúdios Cor.
Llegado el éxito literario, José Saramago sintió la necesidad de embarcarse en el periodismo. Empieza a trabajar en el “Diario de Noticias” y, más tarde, en el “Diario de Lisboa”, llegando a ser director adjunto y comentador político.
Ahora bien, tras la llegada de la Revolución de los Claveles en Portugal, el 25 de Abril de 1974, decide dedicarse exclusivamente a la escritura. Era una figura reconocida y respetada, y ansiaba dar al mundo más trabajos, más libros. En 1976, publica Los apuntes, obras de teatro como A noite (La noche, 1979) y libros de cuentos como Casi un objeto.
El premio Nobel
En los años 80, José Saramago es un autor mundialmente conocido.Logró la consagración literaria con Memorial del convento. Más tarde, llegarían La balsa de Piedra(1986), el polémico Evangelio según Jesucristo (1991) y sobre todo, Ensayo sobre la ceguera, (1995).
Su escritura es más refinada, sus libros más comprometidos, con lo cual, llegado el año 1998, el Comité de Estocolmo (Suecia) le otorga el más elevado reconocimiento: el Premio Nobel de Literatura. En esa época, vivía ya entre dos tierras, Lisboa y Lanzarote (Islas Canarias). En esta última compartía su vida con su última esposa, María del Pilar del Río Sánchez, periodista y traductora española.
José Saramago falleció el 18 de junio de 2010 a causa de una leucemia. Tenía 87 años y había empezado una nueva novela, de la que dejó un inicio de 30 páginas.
Ensayo sobre la ceguera
No son ciegos, “están ciegos”. Con estas palabras José Saramago da forma a una de las metáforas argumentativas más inquietantes de su obra. En Ensayo sobre la ceguera nos habla de esa incapacidad del ser humano por reconocer al prójimo. Nos convierte de pronto, en seres infames, en criaturas que necesitan de la guía de otros para comprender y sobrevivir.
Esta obra es una profunda reflexión sobre el alma humana. Es una novela distópica, ante la cual, nadie queda indiferente, al descubrir cómo el ser humano ha quedado suspendido en una especie de ceguera blanca que se extiende como una infección. El gobierno decide entonces poner en cuarentena a los enfermos sometiéndolos a unas duras normas.
De entre ese grupo de personas que protagonizan la narración, solo una puede ver: una mujer que decide acompañar a su marido en ese encierro siendo, a su vez, los ojos y esa mirada servicial que intenta ayudar al resto. No obstante, todo el escenario es opresivo. No hay higiene, los soldados no dudan en disparar cuando alguien se acerca en exceso y la descomposición empieza a apoderarse del lugar.Todo adquiere, de pronto, el tinte de una verdadera dictadura. Reina el caos y la esperanza se consume lentamente.
Estamos, por tanto, ante una obra en la que se nos muestra, por encima de todo, la ceguera del alma humana. Esa incapacidad de reconocernos entre nosotros que evoca el egoísmo, la pérdida de la razón, el conflicto y el miedo. Un escenario donde José Saramago nos invita a una valiente reflexión moral.
Ensayo sobre la ceguera es un libro, sin duda, impactante, que se alza como una de las grandes obras de la literatura contemporánea, a la cual, siempre vale la pena volver (o descubrir por primera vez).
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