“...Adán cerró la puerta. Philadelphia levantará sus cúpulas y torres
bajo un cielo resplandeciente como la cara de un niño. Como la rosa entre las
flores, como el jilguero entre las avecillas, como el oro entre los metales,
así reinará Philadelphia, la ciudad de los hermanos, entre las urbes de este
mundo. Una muchedumbre pacífica y regocijada frecuentará sus calles: el ciego
abrirá sus ojos a la luz, el que negó afirmará lo que negaba, el desterrado
pisará la tierra de su nacimiento y el maldecido se verá libre al fin. En
Philadelphia los guardas de ómnibus tenderán sus manos a las mujeres, ayudarán
a los viejos y acariciarán las mejillas de
los niños. Los hombres no se llevarán por delante, ni dejarán abierta la
grille de los ascensores, no se robarán entre sí las botellas de leche, no
pondrán la radio a toda voz. Dirán los agentes policiales- ¡Buen día Señor!¿
Cómo está señor?. Y no habrá detectives, ni prestamistas, ni rufianes, ni
prostitutas, ni banqueros, ni descuartizadores. Porque Philadelphia será la
ciudad de los hermano, y conocerá los caminos del cielo y de la tierra, como
las palomas de buche rosado que anidarán un día en sus torres enarboladas, en
sus graciosos minaretes.
Extraído de la
novela “ ADAN BUENOSAYRES”
LEOPOLDO
MARECHAL. ESCRITOR ARGENTINO( 1900-1970)
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